Rivales eternos
¿Puede un Magallanero convertirse en Caraquista por un día?
Original de Paúl Salazar Rivas.
Escrita en 2002
Presentación
Indudablemente, el béisbol es la pasión del venezolano, pasión que se remonta a más de cien años atrás y que toma su mayor auge en 1941 a raíz del triunfo de Venezuela en Cuba en el mundial de béisbol aficionado. Pero dentro de todo lo que significa el béisbol, para nosotros existe un capítulo aparte que es la rivalidad que existe entre “Los Leones del Caracas” y “Los Navegantes del Magallanes”. Está pieza teatral parte de una anécdota inédita en la historia del béisbol venezolano para aquel momento. En la temporada 93-94 se enfrentan por primera vez estos equipos en una final. Pero como sucede con los grandes acontecimientos, estos tenían que llevar el hecho hasta el límite de las emociones y llegar a un séptimo y decisivo encuentro. Eso ocurrió el 31 de enero de 1994, en Valencia. (Fecha en donde se desarrolla la obra).
Es importante recordar que a principio del año 94 Venezuela pasaba por un momento muy particular: Carlos Andrés Pérez era enjuiciado por el caso de la partida secreta. Ramón J. Velásquez era presidente encargado. Hugo Chávez estaba detenido en “Yare” debido a su participación en los acontecimientos del año 92. Rafael Caldera era presidente electo. Se estudiaba el enjuiciamiento a Jaime Lusinchi y Blanca Ibáñez y estaba en pleno apogeo el sonado caso del “Banco Latino”.
A vuelo de pájaro esto era lo que ocurría en Venezuela el 31 de enero de 1994, cuando “Leones” y “Navegantes” se enfrentaban en el séptimo juego de la final. Ya hace más de 15 años de aquel acontecimiento que como se recordará ganó “El Magallanes” 10 x 3. La pieza rememora este hecho tal cual ocurrieron los acontecimientos de aquel partido e intenta rendir tributo a sus protagonistas a través de la historia de unos fanáticos de estos equipos y de lo que pudo haber ocurrido en casa de un “Caraquista” que veía su juego bajo una presión muy fuerte por un terrible secreto, cuando recibe la visita de su mejor amigo y compañero de toda la vida, pero “Magallanero”. ¿Puede un “Magallanero” convertirse en “Caraquista” por un día? La obra juega con el pasado, presente y futuro. ¿Quién podía pensar en 1994 que Phill Reagan (imagen y símbolo del “Caracas” para la fecha) sería el manager de “Los Navegantes del Magallanes” años después? O qué “Los Leones del Caracas” serían vendidos en el 2001, después de una tradición familiar de casi cincuenta años. Obviamente nada es eterno, los tiempos cambian y siempre queda la nostalgia para recordar. Plagada de guiños al béisbol y a una época que (aunque no es tan remota) no volverá jamás. “Rivales Eternos” los invita a introducirse a una maquina del tiempo que los llevará a uno de los momentos mas emocionantes del deporte en Venezuela.
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